"Provocaciones" - DIARIO LA PRIMERA - Lima 20 de diciembre de 2010

• "Provocaciones" - DIARIO LA PRIMERA - Lima 20 de diciembre de 2011

LA NOTICIA “Tímida verdad”; óleo sobre lienzo de Elízabeth López Avilés. “Alegre melancolía” es la segunda exposición individual de Elizabeth López Avilés, que puede verse en la Galería Le Carré d’Art de la Alianza Francesa de La Molina (Javier Prado Este 5595), hasta el 6 de enero de 2011. El pintor Iván Fernández-Dávila ha señalado que “muchos artistas acostumbran afirmar que su trabajo es autobiográfico aun no siéndolo realmente. A diferencia de ellos, Elizabeth construye su obra exclusivamente a partir de su propia experiencia, de su propio cuerpo y más precisamente las transformaciones de éste bajo el influjo de pensamientos y emociones”. Esas emociones, manejadas con la destreza del arte de la seducción, hacen de las obras de Elizabeth López Avilés una parte elemental en esa armonía de dos que es el espectador y la obra. La mirada de la artista anda escondida en estos cuadros. Sus dibujos y pinturas son las vistas que ella dirige a nuestros ojos. Desde el momento en que caímos seducidos por las formas, no vemos lo que queremos, sino que quedamos atrapados por lo que vemos, aprendemos a querer en el acto, a necesitar más adelante lo que tenemos delante de nosotros. ¿Qué hay en eso de taparnos lo evidente, de prohibirnos entrar a la intimidad, de mostrarnos lo intocable o presenciar un momento sublime que incita a sumergirse en él sin poder hacerlo? Una provocación más que apela a nuestros instintos primarios y, por lo mismo, profundos; a la curiosidad propia del ser humano; al poder de la contradicción entre lo deseado y lo accesible. Elizabeth sabe bien que una vez preparada la estrategia de un cuadro, no podremos resistir a su encanto. Hay, por ello, una disimulada mirada esquiva al espectador. Se nos devuelve apenas la mirada a través de un primer plano, que oculta un cuerpo y una intimidad impropia si se descubriera con la vista frente a frente, propia de una timidez femenina, doblemente femenina, y vedada. En “Alegre melancolía”, la autora se regodea con la creada melancolía que estas imágenes nos trasladan al sernos inaccesibles.